La ciudad de Cali fue el escenario de la 16ª Conferencia de las Partes (COP16) de la Convención sobre la Diversidad Biológica, un evento que reunió a representantes de gobiernos, organizaciones y comunidades locales e internacionales para discutir el futuro del planeta. A pesar de los avances y logros, esta COP dejó un sabor agridulce, con momentos de esperanza y otros de frustración. Aquí hago un breve resumen lo más destacadode la COP16: lo bueno, lo malo y lo no tan chévere. ¡Empecemos!
Lo Bueno:
Una de las victorias más celebradas en la COP16 fue el acuerdo histórico para los pueblos indígenas y las comunidades locales. Este pacto promete fortalecer los derechos territoriales de estas comunidades, reconociendo su papel fundamental en la conservación de la biodiversidad. El acuerdo subraya la importancia de las prácticas ancestrales en la protección del medio ambiente, algo que a menudo se pasa por alto en las discusiones globales, y que sin duda empieza a respetar la cosmovisión de los primeros habitantes del territorio antes de la conquista.
Otro avance significativo fue la inclusión de las comunidades afrodescendientes en los acuerdos sobre biodiversidad, un paso crucial para asegurar que todas las poblaciones participen en las decisiones sobre la conservación de los recursos naturales. La voz de quienes históricamente han sido marginados en estos debates finalmente tiene un espacio en la toma de decisiones, pues se habían reconocido a las comunidades indígenas, pero había una deuda pendiente con las afros, que sin duda también hacen parte del cambio.
El fondo de biodiversidad que se aprobó en los últimos días de la conferencia también fue una de las grandes victorias. A pesar de las intensas presiones de grandes corporaciones que intentaron debilitarlo, la negociación logró mantener una asignación sustancial de recursos para la conservación, lo que representa un compromiso clave para frenar la pérdida acelerada de especies. Además, el esfuerzo por crear la reserva marina más grande del mundo fue otra de las iniciativas que captó la atención global. Colombia, junto con otros cinco países, propuso esta área protegida que abarca más de un millón de kilómetros cuadrados.
Lo Malo:
A pesar de algunos avances, la COP16 también dejó varias lecciones sobre las dificultades para enfrentar la crisis ambiental. Una de las principales preocupaciones es el compromiso internacional insuficiente para implementar los acuerdos alcanzados en la COP-15 de Montreal, Canadá.
De los 23 acuerdos firmados en esa conferencia, solo 33 de los 196 países que asumieron los compromisos han presentado estrategias y planes nacionales de acción concretos para proteger la biodiversidad. Esta falta de implementación efectiva resalta una de las grandes brechas que aún existen entre las promesas globales y las acciones reales. COP16 en Cali Lo Bueno Lo Malo y Lo No Tan Chévere
El déficit de financiación también fue un tema candente durante la COP16. El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) advirtió que enfrenta un agujero de financiación de 700.000 millones de dólares hacia el 2030. Esta cifra resalta la profunda brecha económica que dificulta la ejecución de acciones concretas para frenar la pérdida de biodiversidad, la preocupación radica en que estos fondos no solo son necesarios para implementar políticas, sino también para asegurar que lleguen directamente a las comunidades, especialmente a las indígenas y locales, que son las que realmente están protegiendo los ecosistemas de manera efectiva. Si no se logran fortalecer estos fondos y asegurar su distribución adecuada, será casi imposible alcanzar los objetivos de conservación y sostenibilidad en el futuro cercano.
Un punto crítico que surgió en las discusiones fue la creciente mercantilización de la biodiversidad, es decir, la tendencia a ver la naturaleza como una mercancía más, sujeta a las reglas del mercado. Esto se evidenció en las propuestas que buscan “monetizar” los servicios ecosistémicos, como la absorción de carbono, mediante sistemas de compensación y mercados de biodiversidad. Aunque estos mecanismos pueden parecer atractivos desde una perspectiva económica, muchos expertos advirtieron que esta visión podría despojar a la naturaleza de su valor intrínseco y profundizar la desigualdad entre países ricos y pobres. COP16 en Cali Lo Bueno Lo Malo y Lo No Tan Chévere
La búsqueda de soluciones que priorizan la economía sobre la ética ambiental ha generado preocupación entre ambientalistas y comunidades locales, quienes consideran que este enfoque puede llevar a la privatización de los recursos naturales, excluyendo a las poblaciones que históricamente han sido las principales guardianas de estos ecosistemas.
La relación entre biodiversidad y economía política también fue un tema central en la COP16, revelando las tensiones entre los intereses económicos de grandes corporaciones y las necesidades reales de conservación. Algunos de los acuerdos más debatidos en Cali incluyen la introducción de incentivos financieros para la conservación, pero muchos analistas señalaron que estas soluciones podrían reforzar un modelo económico depredador, donde los beneficios de la biodiversidad solo se distribuyen entre los países desarrollados y las grandes empresas. Este tipo de enfoque, que se centra más en la rentabilidad de los recursos naturales que en la protección a largo plazo, deja de lado a las comunidades que dependen de estos recursos para su subsistencia y que ya enfrentan las consecuencias más graves de la destrucción ambiental.
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En resumen, la COP16 evidenció que, aunque las conversaciones sobre biodiversidad son cruciales, la falta de cambios en la estructura económica global y la influencia de intereses corporativos obstaculizan decisiones realmente transformadoras. La promesa de una “economía verde” ha resultado vacía para muchos, quienes sienten que el modelo actual sigue siendo más extractivo que restaurador. La pregunta que persiste es: ¿será posible encontrar un equilibrio entre los intereses económicos y la auténtica conservación de la biodiversidad, o simplemente seguiremos mercantilizando la naturaleza en nombre del desarrollo? COP16 en Cali Lo Bueno Lo Malo y Lo No Tan Chévere
Lo no tan chévere:
A pesar de algunos logros significativos, la conferencia dejó la impresión de que la urgencia de la crisis ambiental no se traduce en decisiones concretas, la falta de acuerdos vinculantes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático fue uno de los aspectos más críticos. COP16 en Cali Lo Bueno Lo Malo y Lo No Tan Chévere
Los compromisos alcanzados en Cali parecen insuficientes para enfrentar la magnitud de la crisis actual, especialmente en lo que respecta a la financiación de soluciones a largo plazo. El evento también puso de manifiesto que, a pesar de la creciente conciencia global sobre la biodiversidad, muchos gobiernos aún carecen de políticas públicas sólidas para llevar a cabo lo discutido en las grandes cumbres internacionales. El temor al costo económico inmediato de las medidas ambientales sigue siendo una barrera difícil de superar.
En resumen, la COP16 fue un evento con avances claros en términos de inclusión y reconocimiento de derechos, pero también un recordatorio de las profundas divisiones que persisten en torno a la financiación de la sostenibilidad global. Con muchas promesas, pero pocos compromisos firmes, esta conferencia demostró que, aunque se están logrando progresos, el camino hacia una verdadera transformación del modelo ambiental mundial sigue siendo extenso. COP16: lo bueno, lo malo y lo no tan chévere.
Ambientalista por pasión, Ingeniera Química de profesión, Magister en Gestión Ambiental, especialista en gerencia del medio ambiente y prevención de desastres y especialista en gestión ambiental