Durante cuatro años varios investigadores colombianos se dedicaron a recolectar excrementos frescos de oso andino (Tremarctos ornatus) analizando con detenimiento, el color, la textura, el sitio de depósito, momento del año y las características generales de las más de 140 muestras recogidas. Detrás del tesoro Andino, cazadores de excrementos.
Un trabajo poco agradable y extraño para muchos, pero apasionante para quienes finalizaron la investigación, con más que la experticia en reconocimiento y recolección de heces frescas. El aporte de estos investigadores fue definitivo en la ampliación del conocimiento de la dieta del único úrsido de Sur América.
La investigación publicada recientemente en la revista científica especialista en osos “Ursus”, aporta a un aspecto más de la desconocida ecología del Oso Andino relacionada con su alimentación, la estacionalidad y la variación espacial de la misma, en un estudio realizado por primera vez en el país y fundamentado en la dieta de los osos andinos en el Parque Nacional Natural Tamá.
¿Qué come un Oso Andino? ¿Dónde y en qué periodos del año come más o menos ¿y qué tipo de alimentos consume? Fueron dudas resueltas con este estudio realizado por el científico Carlos Cáceres Martínez, una investigación que contribuye a la conservación de la especies y entrega datos clave para mejorar la dieta de los osos en cautividad.
Carlos tiene 9 años estudiando osos andinos y su presencia en los parques nacionales de Colombia. Investigar a los osos en estado silvestre fue la respuesta al inconformismo que le generó ver un oso en cautiverio, en mal estado y en tristes condiciones de bienestar.
Si a través de estudios, la ciencia se acerca cada vez más a conocer con exactitud lo que comen los osos en la vida silvestre y a su ecología, también mejorarán las posibilidades alimenticias de los osos en cautividad, explica Carlos. Un oso en cautiverio que reciba en su sitio de encierro una dieta parecida a la que consumía en libertad, le permitirá tener mejor condición física y mantener la relación con los alimentos que encontraba disponibles en el páramo o en el bosque andino.
Reconocer aromas, sabores, texturas en cautividad, que le permitan seguir identificando los alimentos que consumía en la vida silvestre o aprender a reconocer lo que van a encontrar en la naturaleza cuando se trata de pequeños osos en encierro que están siendo rehabilitados, es un bello ejercicio para no olvidar y saborear los ricos manjares de la vida natural.
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La investigación que se realizó en el Parque Nacional Natural Tamá en Norte de Santander al oriente de Colombia en zona limítrofe con Venezuela, recogió datos durante cuarenta meses aproximadamente, haciendo un seguimiento hombre a oso, persiguiendo las huellas y las heces de una de las especies más carismáticas de los Andes.
Tras el rastro de los osos los investigadores iban buscando valiosos desechos llenos de información, eran tesoros. Observaban sus sitios de alimentación y caracterizaban las plantas que consumían los animales estudiados, coleccionaban excrementos que luego llevaban al laboratorio para analizar con detenimiento y saber cuál era su composición.
Nunca antes un pedazo de estiércol de oso, una simple plasta, podría ser tan importante. Esa joya natural que el cuerpo de un oso desecha, da cuenta de las sabrosuras que se come a diario y las calorías que le proporcionan.
Los investigadores según el artículo científico, trabajaron en 83 transectos lineales al menos una vez en 35 localidades en el Parque Nacional Natural Tamá y recolectaron 148 excrementos que fueron comparados con todos los elementos encontrados en los sitios de estudio.
Carlos hace una breve explicación de la dinámica de los osos en la vida silvestre y explica cómo el animal se dedica a comer y recorrer el territorio en busca de alimentos. “Durante el día, comen entre 3.100 y 5.700 calorías en estado silvestre, ellos consumen volúmenes grandes de hojas, tallos, frutos de acuerdo a la disponibilidad y distribución de las plantas en el lugar en el que estén”, afirma el investigador.
Los frutos y bayas que encuentran disponibles en la naturaleza tienen un alto valor calórico, pero su presencia es estacional, no todo el año el bosque produce coloridos y dulces frutos para el oso, pero los tallos y hojas son lo que más consumen porque se encuentran en abundancia durante todo el año.
Los resultados de la investigación arrojaron más de 27 tipos diferentes de plantas que alimentan a los osos, Bromeliáceas,(bromelias llenas de agua que cuelgan de los árboles), Asteráceas (esas plantas de flores amarillas como las margaritas presentes en los páramos, conocidas como frailejones), Bryophyta (musgos repletos de agua que aportan a su hidratación), las tradicionales Puya goudotiana (esas plantas a las que el oso les extrae toda la sustancia del tallo como si fuera un palmito y devora sus hojas con puyas) y las Ericaceae (que producen frutos y flores de colores con un alto valor calórico para los osos.
Entre la lista de comida del Oso Andino, había plástico como un item final. Pareciera que este inaceptable elemento tiene vida propia, que hasta en los lugares más recónditos se hace presente, gracias a la actividad humana y al parecer fue consumido de manera accidental por el animal.
Un aspecto importante en la dieta de los osos es la presencia de pequeños mamíferos e insectos. “Se supone que tienen preferencias al consumo de plantas y frutos” añade Carlos, Pero encontramos que consumen carne y animales como el Ñeque (Dasyprocta punctata), Armadillo (Dasypus novemcinctus) Coati (Nasua nasua) e insectos, entonces nos dimos cuentas que, a pesar de consumir principalmente plantas, tienen preferencias por ciertas presas, pero todo depende de su disponibilidad y distribución” explica el investigador.
Los osos les gusta la carroña o los animales en descomposición y aunque su necesidad proteica no es tan alta porque sus preferencias nutricionales están enfocadas en una dieta herbívora de hojas, tallos y bayas, en un bosque sano y en buen estado, el oso puede consumir carne de animales pequeños que se ve obligado a cazar.
“Obtener una presa para un oso, no es tan fácil como obtener una planta que es mucho más abundante” según Carlos Cáceres. El consumo de presas es menos abundante y frecuente porque es más difícil cazarlas y hay una mayor competencia con otros depredadores. También menor disponibilidad.
Un Oso Andino puede caminar hasta 25 kilómetros al día según el investigador ecuatoriano Armando Castellanos. En sus recorridos el oso tiene rutas y en ellas encuentra despensas de alimentos que bien sabe utilizar de forma sostenible, un animal llega al sitio escogido, come y deja alimento disponible para su regreso, así, nunca falta.
Carlos Cáceres explica como al poner cámaras trampa sobre las rutas de los osos veían ese comportamiento. “Era bonito porque sabíamos que volvería al mismo sitio a comer y así comprobamos que ellos tienen parcelas de alimentación, eso se había estudiado en Venezuela, pero no en Colombia”.
En campo también me di cuenta que los osos elijen qué comer y cuándo hacerlo, tienen parcelas de puyas abundantes en los pajonales de páramo en las partes altas de estos ecosistemas, allí consumen un buen número de estas plantas, pero no se comen todo lo que está a su alcance y después vuelven por lo que sobró, y las plantas que ahora ya se pueden consumir”. afirma Carlos.
Y cerca a esas despensas de alimentos, los osos andinos también construyen sus nidos o camaretas, lugares de refugio temporal construidos de diversas formas con materiales que el mismo oso pone en el lugar para guardar calor, alimentarse cerca, tener una poceta para regular el calor y ubicar sus letrinas, justo al lado del nido.
“Era bonito porque sabíamos que volvería al mismo sitio a comer y así comprobamos que ellos tienen parcelas de alimentación, eso se había estudiado en Venezuela, pero no en Colombia. Los nidos los construyen en sitios alejados de los humanos y de difícil acceso en medio de matorrales en el páramo o bajo grandes árboles, o camaretas en el bosque andino”, afirma Carlos.
El agua es un elemento vital para el oso; Siempre encontramos agua cerca a sus sitios de alimentación y nidada, elaborados muy cerca a una familia de plantas que se llama Ericaceae, producen muchas bayas y son un sitio atractivo y funcional para el oso.
Si una osa tiene oseznos, hemos encontrado un nido para ella y otro para las crías a su lado. Y entre risas, Carlos explica: “al lado del nido siempre hay heces, no se van muy lejos, para hacer sus necesidades, incluso, hemos encontrado letrinas, acumulaciones de heces en un mismo lugar.
Otra observación realizada gracias al estudio es la cercanía de las rutas de los osos a zonas intervenidas. “Pusimos cámaras trampa cerca a zonas de potreros y actividades humanas y encontramos que son rutas usadas por varios animales, ellos simplemente pasan por el sitio, pero siguen prefiriendo los lugares alejados para alimentarse”.
En esos lugares los investigadores encontraron árboles marcados por los osos con sus garras, como diciendo, por aquí pasé y en términos de conservación es importante dice el investigador.
El oso es una especie generalista capaz de desarrollarse en una amplia gama de condiciones ambientales haciendo uso de una gran variedad de recursos de acuerdo a la altitud y la época del año. Es omnívoro porque come diversidad de alimentos como plantas y animales además de insectos y es oportunista.
Si las condiciones de su hábitat no le entregan lo que necesita y la oferta de alimentos en sus rutas de paso no le aportan nutricionalmente lo que requiere para vivir, un cultivo de maíz en su ruta y una vaca fuera de un potrero se convierten en oferta fácil de alimentos cuando el oso ha dejado de tener bosques y páramos en buen estado como consecuencia de la fragmentación de su habitad y su deforestación.
“Si seguimos sacando del páramo y del bosque andino lo que es del oso, él seguirá sacando de los cultivos y los potreros lo que es nuestro.” Detrás del tesoro Andino, cazadores de excrementos.
Periodista ambiental y de conservación
Excelente Estudio, maravilloso conocer este Ser Viviente mediante su deposición…que nos sirva para AMAR nuestros Animales y cuidar su hábitat…¡¡FELICITACIONES!!
Tienes toda la razón Uriel, no se ama lo que no se conoce y este tipo de artículos nos deja conocer lo que queremos amar en la naturaleza.