[vc_row][vc_column][social_buttons style=””][vc_column_text text_larger=”no”]El propósito del presidente de los Estados Unidos Donald Trump y la autoridades de Alaska por subastar el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (ANWR) fracasa.
La administración de Trump y su interés por explotar zonas ocupadas por bosques prístinos en Alaska para abrir paso a la explotación de hidrocarburos, fue parte de su plan de gobierno desde el principio de su administración pero terminando su gobierno encontró pocos interesados en la venta de permisos de perforación petrolera. La única entidad licitante para adjudicarse la mayoría de la zona en venta fue la agencia estatal de Alaska.
La venta que generó alrededor de 14,4 millones de dólares en ofertas, puso en evidencia el desinterés de la industria petrolera de ampliar la explotación de combustibles fósiles y minerales en Estados Unidos en un territorio con un alto nivel de conservación.
La Oficina de Administración de Tierras de EE.UU declaró que recibió ofertas completas para la mitad de los 22 terrenos ofrecidos, y por el 50% de la superficie.
En la subasta, La Autoridad de Desarrollo Industrial y Exportación de Alaska se adjudicó nueve territorios mientras que las pequeñas empresas independientes, Knik Arm Services LLC y Regenerate Alaska Inc., ganaron dos.
El actual gobierno de Alaska, bajo control del partido de Donald Trump, afirmó que espera asociarse con las compañías petroleras para desarrollar los contratos de arrendamiento que ganó en la subasta pero las compañías petroleras se mantuvieron la margen y no participaron en el proceso de subasta como se esperaba, teniendo en cuanta al parecer la inestabilidad del sector y el avance mundial por un cambio en la matriz energética global dirigida al desarrollo de energías limpias y renovables no los ha motivado a avanzar.
La subasta se dio justo antes de que Donald Trump abandonara su cargo como presidente de los Estados Unidos, pero lo que funcionarios de la Oficina de Administración de Tierras de EE.UU. (BLM) consideraron «un éxito» en ventas, los grupos ecologistas la calificaron como un «fracaso épico».
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Sin embargo los funcionarios de la entidad pública, no se pronunciaron sobre las razones que llevaron al sector petrolero a negarse a presentar ofertas en la subasta, tomando en cuenta que el Departamento del Interior presionó durante meses para llevar a cabo el proceso antes de que Trump dejara la presidencia.
Las ganancias acabaron muy por debajo de las estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso que en 2019 había calculado ingresos por un valor de 1.800 millones de dólares en licitaciones de dos ventas de arrendamiento de derechos de explotación petrolera en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico por un lapso de 10 años.
Esa subasta se llevó a cabo a dos semanas de la inauguración del presidente electo Joe Biden, quien se ha comprometido a proteger el hábitat de 19,6 millones de acres, que son el hábitat natural de varias especies, incluyendo osos polares, caribúes y aves migratorias.
Biden también dijo que prohibirá nuevas subastas de arrendamientos para la explotación petrolera en tierras bajo jurisdicción federal.
En un día marcado por la violencia fomentada por Donald Trump, que insiste en negar su derrota en las urnas, y que se tradujo en actos de violencia cuando los seguidores de Trump irrumpieron en el Capitolio de EE.UU., la Casa Blanca no hizo ningún comentario sobre la venta.
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¿Por qué la subasta le preocupa a Canadá?
Según CBC News Canadá, el Ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático, Jonathan Wilkinson, hizo saber mediante una declaración que tenía “serias preocupaciones” sobre el impacto de una posible explotación petrolera. Para el jefe de la cartera ambiental la presencia de caribúes de la especie Porcupine cuyo hábitat abarca el noreste de Alaska y el noroeste de Canadá se torna preocupante con la explotación petrolera de la zona.
Aunque se estima que la llanura costera del refugio contiene hasta 11.800 millones de barriles de petróleo, en esta región no existen carreteras, senderos establecidos ni otra infraestructura, lo cual beneficia a la supervivencia de la vida silvestre en la zona, y también son factores que probablemente redujeron al mínimo el interés de las empresas petroleras en lanzarse a la perforación petrolera.
El Instituto Estadounidense del Petróleo, el principal grupo de comercio de petróleo y gas en ese país, dijo en un comunicado, “que una menor demanda de combustible durante la pandemia y los posibles cambios en las políticas federales eran la causa de la continua incertidumbre en torno a las decisiones de inversión en el sector petrolero.
Las organizaciones de la sociedad civil de protección del medioambiente, que habían demandado la suspensión permanente de la explotación petrolera en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico declararon que esa venta fue un masivo fracaso.
Fuentes: Reuters / CBC / Canadian Press / RCI[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
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