Un extraño gato enteramente silvestre y aparentemente tierno cuando es cachorro pero fiero y agresivo y de rasgos fuertes como los de un puma, coloración unificada y una enorme y larga cola pesada, definen al Jaguarundí (Herpailurus yagouaroundi ) una especie de felino que en las últimas semanas ha sido recurrente ver en liberaciones realizadas por las autoridades ambientales en Colombia. ¿Qué tanto conoce al Jaguarundi?
Un poquito más cerca del Jaguarundí ( Herpailurus yagouaroundi )
Colombia tiene seis especies diferentes de felinos de los 36 que hay en todo el mundo y el Jaguarundí es una de ellas es conocido como gato de monte, gato pardo, gato montes, zorro gato o más comúnmente como Jaguarundi, pero entre todas es una de las especies menos conocidas y son pocas las investigaciones que nos cuentan sobre la ecología de esta especie.
Los estudios han documentado que estos felinos están distribuidos desde el norte de México hasta la Argentina central y en Colombia hay registros en la Amazonia, Orinoquia, Choco biogeográfico y distribuidos a lo largo de los valles inter-andinos y laderas andina y es plástico como lo explica José Fernando González Maya, porque toleran la intervención en los hábitats y tienen una tolerancia a los cambios que generamos sobre los ecosistemas por los que se mueven.
Los jaguarundí habitan en bosques, sabanas, bosque seco costero, paisajes de ciénaga, rastrojos y se han adaptado bastante bien a ecotonos (una zona de transición entre dos ecosistemas diferentes) y bordes de pueblos pequeños. Según González Maya el color de su pelaje no siempre es el mismo “ la especie tiene una variación fenotípica (rasgos físicos) de la coloración de su pelaje, algunos son grises otros rojos y amarillentos y se ha comprobado que su color tiene relación con el tipo de hábitat que habita”.
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“Esa coloración responde a un proceso de camuflaje y adaptación que los hace más exitosos en diferentes tipos de ecosistemas” asegura el investigador.
Esta es una especie muy reservada o criptica son muy huidizos y evitan contactos con las poblaciones humanas aunque no les importe caminar por esas zonas intervenidas, lo que puede generar conflictos porque en la mitad del camino se encuentran con un corral lleno de gallinas en una ubicación perfecta para atacar y por ese comportamiento se generan retaliaciones por parte de las comunidades campesinas que los cazan “pero comparativamente con otros felinos, ella no es la más afectada por conflictos con humanos” afirma el Director científico de PROCAT.
Su rol es determinante en los ecosistemas, como el resto de los felinos es un controlador de presas, si una población de esta especie desaparece, da espacio a que otras especies sobreabunden generando desequilibrios que no son convenientes, por eso su importancia.
Genera una curiosidad enorme verlos de cerca, confundirlos con un gato doméstico no es tan posible cuando los jaguarundi son los felinos menos parecidos a un gato cualquiera, su coloración, su grandes ojos en ocasiones azules y esos dientes que asoman con tan sólo vernos nos permiten inferir que sobre esa fiera es mejor no poner las manos y dejarla a su suerte en el bosque mientras alguien más cercano viene por ella.
Un gato en peligro
Los jaguarundi, explica José Fernando González Maya director científico de Procat Colombia y experto en el estudio de felinos, llegan recurrentemente a los Centros de Atención y Valoración de Fauna Silvestre y usualmente son crías.
Esto obedece a la presencia de seres humanos en los lugares de tráfico del jaguarundi quienes buscan recuperarlos al creer que han sido abandonados y muchas veces este efecto puede ser contradictorio teniendo en cuenta que las hembras cuando están recién paridas, pueden estar alrededor del lugar donde está la cría y las dejan mientras van de cacería y consiguen presas y en ese momento, son encontradas por seres humano que se los llevan.
En ese sentido afirma el investigador, “la mejor alternativa al encontrar una cría no solo de jaguarundi sino de cualquier especie, es dejarla y usualmente la madre va a retornar”.
Pero hay excepciones, cuando se vuelve al sitio y los animales permanecen en el mismo lugar, hay que tener en cuenta que no estén acompañados por un adulto, que el estado de salud no sea bueno y sólo en ese momento los animales podrán ser rescatados, explicó González-Maya.
Los rescates para los felinos, supone un largo trabajo de rehabilitación con altos costos para quien toma la responsabilidad, “el problema de los felinos es que su adaptación es compleja porque son animales hipercarnívoros que dependen de su cacería para poder sobrevivir y cuando son tomados muy pequeños, el proceso de readaptación es complejo, costoso y toma buen tiempo” afirma el Director de Procat Colombia.
“Los felinos deben estar en su hábitat natural, no requieren de nuestra ayuda; sólo en casos muy particulares de cacería de los parentales, se hace necesario, tomar los cachorros pero en otros casos no” concluye el investigador. ¿Qué tanto conoce al Jaguarundi?
Periodista ambiental y de conservación
