[vc_row][vc_column][social_buttons style=””][vc_column_text text_larger=”no”]Pescadores piden que se haga justicia por muerte de Manatí. Los hechos de intolerancia y los conflictos con la fauna colombiana siguen marcando al país. La muerte de una manatí de 450 kilos provocada por un pequeño grupo de pescadores ha causado indignación al punto que el mismo gremio pide que se haga justicia. El carismático mamífero fue reubicado hace una semana en aguas del caribe y pasó de forma natural a la Ciénaga Grande de Santa Marta donde jóvenes la persiguieron hasta matarla cruelmente.
El animal que fue liberado recientemente por CORPAMAG duró un mes en cautiverio después de haber sido entregado por pescadores del área de Bonito Gordo cerca al Parque Nacional Natural Tayrona y sobre el que se hicieron grandes esfuerzos para su recuperación.
A pocos días de haber vuelto a la libertad en su habitat natural, Juelita la manatí, fue perseguida desde el Puente de la Barra hasta Pueblo Viejo en la Ciénaga Grande de Santa Marta en el departamento del Magdalena y allí, en una zona de desembarco de pesca fue sacrificada.
Enrique Maldonado vicepresidente de la Confederación de Pescadores del Caribe Colombiano, indignado por la muerte de la manatí, aseguró en una entrevista con Natural Press que el animal lo balearon, que tienen identificada a la persona que con un machete agredió al mamífero marino dejando heridas abiertas que pudieron causarle la muerte y hace un llamado a las autoridades para que sobre el caso no solo se haga una sanción social sino penal.
La persecución de la manatí la hicieron entre cinco embarcaciones con unas seis personas, después se unieron más; “este es un acto que rechazamos enfáticamente”, asegura Maldonado quien también denunció el pasado de uno de los agresores.
“La persona que le dejó las heridas abiertas a la manatí se salvó del siniestro del camión cisterna cargado con gasolina y que explotó hace un año en Tasajera y tuvo la gran suerte y la posibilidad que Dios le dio, de tener una segunda oportunidad y empezó nuevamente un andar delictivo. Lastimosamente encontró a la manatí y la macheteó y pretendía cortar con un hacha su cabeza, no entiendo que estaban pensando y si hicieron eso solo por un pedazo de carne” afirma Maldonado.
La violencia con la que fue tratado el animal no tiene explicación, “no toleramos un hecho como este, el hambre y la situación de abandono de Tasajera no justifica la muerte de un animal que debemos conservar. Aquí pagamos muchos las consecuencias de unos pocos pescadores irresponsables, independientes y no agremiados que mataron a ese animalito sin ninguna justificación”.
La persecución según Maldonado en la que intervinieron unas 50 personas, se convirtió en un espectáculo y un conflicto entre los pescadores que mataron la manatí y la comunidad que los apoyaba, las autoridades y los pescadores en desacuerdo con el maltrato del animal.[/vc_column_text][vc_empty_space woodmart_hide_large=”0″ woodmart_hide_medium=”0″ woodmart_hide_small=”0″ woodmart_hide_extra_small=”0″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_media_grid grid_id=”vc_gid:1626568929691-1f3e5f17-dda6-9″ include=”8603,8604,8605″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]
Un esfuerzo más por salvarla
La Corporación Autónoma Regional del Magdalena CORPAMAG conoció la persecución que le estaban haciendo a la manatí gracias a una funcionaria de la Alcandía de Tasajera y de inmediato tres miembros de la autoridad se movilizaron hasta el lugar, las imágenes invadían las redes sociales, la manatí la estaban matando, los vídeos llegaban por todos lados.
A orilla de la ciénaga en Tasajera, CORPAMAG y la Policía ambiental se encontraron con una comunidad enardecida que retenían la manatí porque sabían que era importante, porque la habían visto en redes sociales, los jóvenes se negaban a entregar el animal a la Corporación.
Solo hasta que llegó la Armada Nacional pudieron negociar para llevarse el animal moribundo y maltratado para el Centro de Recepción de CORPAMAG, con heridas abiertas, amarrado con cuerdas y arrastrado, con raspones en el costado, pero ya no había nada que hacer. Las heridas y el estrés al parecer fueron tan contundentes que no soportó. Se fue cansada de resistirse con la boca amarrada y sin poder respirar, el animal ya estaba muerto.
En videos quedaron las imágenes de la comunidad que se adueño de una manatí que no se sabe de dónde venía, los análisis genéticos están en proceso para conocer su origen, saber de qué parte del caribe es, esa es una tarea que está en manos de la conservacionista Aminta Jaureguí y su equipo de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
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También quedó registrado el momento en el que lo sacaron del agua sin ningún manejo técnico porque no dejaban intervenir a las autoridades, eran 450 kilos y más de tres metros de un animal en manos de depredadores que pedían que apagaran las cámaras, que no grabaran y la sacaron como pudieron, los niños la tocaban, le halaban la boca, era la primera y quizá la última vez que podrían tener a un manatí tan cerca porque cada vez es más difícil verlos.
Una fuente que estuvo en el lugar y que recibió amenazas por intentar convencer a la comunidad de entregar la manatí a la autoridad, asegura que los pescadores que tenía al animal retenido lo único que querían era matarlo, su argumento era haberlo confundido con un caimán pero era claro que ellos sabían que se trataba de la manatí de las redes sociales, del animal con la antena que CORPAMAG pedía dejar libre y proteger.[/vc_column_text][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_single_image image=”8612″ img_size=”large” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text text_larger=”no”]También confirma que por la manatí pretendían recibir dinero a cambio de su devolución, y que la comunidad denunció que el dueño de un pesquera de la ciénaga pagó para que la mataran pero todo tendrá que ser parte de la investigación que hoy adelantan las autoridades para encontrar a los responsables que la comunidad ya tiene identificados.
Julieth Prieto Bióloga Marina de CORPAMAG explica que la manatí estuvo pocas horas en la ciénaga según los registros del monitoreo y fue ahí cuando encontró al muerte.
Enrique Maldonado no entiende la actitud depredadora de los pescadores, “ahora quieren decir que en Tasajera tenemos hambre y que por eso la mataron, pero aquí los pescadores tienen una oferta de alimentos disponibles en la ciénaga, no hay necesidad de matar un animal como ese, repartirse la carne por hambre ese no es un argumento válido cuando hay tanta variedad de pescado” asegura el líder.[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_empty_space woodmart_hide_large=”0″ woodmart_hide_medium=”0″ woodmart_hide_small=”0″ woodmart_hide_extra_small=”0″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_media_grid grid_id=”vc_gid:1626568929696-be5540c2-c102-5″ include=”8608,8609,8610″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]
Qué falló
El líder de los pescadores del caribe asegura que se enteraron por redes de la presencia de Julieta la manatí, pero afirma que CORPAMAG nunca se reunió con ellos para contarles que harían una liberación.
Julieth Prieto por su parte asegura que hicieron un trabajo de sensibilización e información por redes sociales y con reuniones presenciales con pescadores de Taganga, Pozos colorados y el Rodadero.
“Hicimos el trabajo de difusión en redes sociales y reuniones presenciales con los pescadores de los sitios cercanos a la liberación, cuando llegamos al sitio y nos encontramos con la manatí nos dimos cuenta que la gente sabía que se trataba de Julieta porque hicimos un llamado a los pescadores para que nos ayudaran a identificar si la veían, entonces es posible que faltara un proceso educativo eso nunca es suficiente, pero hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, nos faltó hacer nada”.
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Prieto afirma que el día que mataron la manatí, hicieron seguimientos, hablaron con los pescadores y su último registro de ubicación fue Pozos Colorados, “los pescadores del aeropuerto también nos confirmaron que la habían visto en la playa del aeropuerto a las ocho de la mañana, después entró a la ciénaga y a la hora estaba muerta”, afirma la bióloga marina de CORPAMAG consternada y afectada por el violento hecho de maltrato de un animal carismático como el manatí.
Enrique Maldonado dice que como organizaciones pesqueras han asumido unos compromisos con el medio ambiente, “Desde el Comité de Pescadores Marítimos de Tasajera COPEMAR, hacemos jornadas de arborización, recolección de residuos plásticos, hemos entregado tortugas, tiburones nodriza, delfines y hay animales que se pueden comer pero los devolvemos porque muchos están en peligro porque algunas especies van en decadencia”.
“Es un error querer llevarse un pedazo de comida un día cuando tenemos comida en la ciénaga a diario y con esto que pasó hay que sentar un precedente, la justicia debe actuar o esto volverá a pasar. Ahora en Santa Marta y en las redes sociales quieren justificar que por pobres matamos la manatí pero ese no es un argumento para defender tan mala actitud, les pedimos perdón”.[/vc_column_text][vc_empty_space woodmart_hide_large=”0″ woodmart_hide_medium=”0″ woodmart_hide_small=”0″ woodmart_hide_extra_small=”0″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_media_grid grid_id=”vc_gid:1626568929698-aef44443-22c6-2″ include=”8615,8614,8613″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]
Manaties en el Caribe
Desde el año 2017 en el Plan de Conservación y Mamíferos Acuáticos del Caribe realizado por CORPAMAG y la Fundación Omacha, quedó registrada la presencia del manatí del Caribe (Trichechus manatus) en el departamento. Una especie que habita en aguas costeras, en estuarios (desembocadura de un río caudaloso en el mar, con forma semejante al corte de un embudo) así como en sistemas de ciénagas.
Según la Fundación Omacha, esta especie se encuentra en las costas sobre el mar Caribe, desde el sureste de los Estados Unidos, México, el océano Atlántico en las Antillas y en las costas del norte de Sur América.
En Colombia, se encuentra en el Caribe, la cuenca del Orinoco y parte del río Magdalena: su distribución actual en este río cubre aparentemente desde Puerto Berrío, Antioquia, hasta su desembocadura en Bocas de Ceniza y el Canal del Dique. También está presente en sistemas de ciénagas asociadas a ríos, como la de Paredes en Santander y al sur de Bolívar.
Se tienen reportes de la especie en la costa de Santa Marta, Bahía Taganga en los ríos Cesar, Fundación, Frío, Sevilla y el Parque Nacional Natural Isla de Salamanca y Tayrona. Habita en las cuencas de los ríos Sinú, San Jorge, Cauca y Atrato.
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Está altamente amenazada y se encuentra en la categoría Vulnerable (VU) en Colombia y en el mundo (UICN, 2021). Sus poblaciones actualmente están muy reducidas, principalmente porque ha sido una especie muy presionada por la cacería indiscriminada.
Actualmente, se encuentra protegida para evitar su extinción, es por ello que se considera importante realizar todos los esfuerzos necesarios para cuidar los pocos individuos de manatíes que aún existen.
Los manatíes pueden considerarse como “ingenieros de los ecosistemas”, esto se debe a la ingesta de grandes cantidades de pastos marinos y plantas flotantes de agua dulce (buchón o taruya, lechuga de agua, batatilla) que utilizan para su alimentación diaria y que puede llegar a ser el 10% de su peso lo que, en el caso de Julieta, corresponde a unos 45kg. Este consumo permite mantener libres de buchón los cuerpos de agua, especie invasora que normalmente tapona los cauces de los ríos y caños que entran a la Ciénaga Grande de Santa Marta y que representa el primer problema que impide la navegabilidad y conlleva a la sedimentación de estos pasos de agua. También son considerados como indicadores de la salud de los ecosistemas en donde habitan.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
Periodista ambiental y de conservación