Las acciones de millones de personas alrededor del mundo están orientadas a conservar los recursos naturales, ellos son considerados ‘conservacionistas’, muchas veces incomprendidos y tristemente, en la mayoría de ocasiones, desatendidos por los gobiernos y algunos otros tomadores de decisiones en el planeta, a pesar de sus argumentos científicos y las evidencias irrefutables, pero, a pesar de sus grandes esfuerzos, es bueno saber si en realidad ¿sirven para algo los conservacionistas?
Demoledores informes apocalípticos son difundidos año tras año desde que tenemos memoria, cada vez que la tierra le da la vuelta al sol, organizaciones como WWF afirma todos los meses de agosto, que ya agotamos nuestros recursos para todo el año, que los últimos cuatro meses del año viviremos al debe con el planeta. El Cambio Climático, el agujero en la capa de ozono, la deforestación, la contaminación, las islas de plástico y cientos de otras afecciones que la especie humana le infringe al planeta, pero ninguna tan grave y definitiva como la extinción de las especies que conforman el tejido de la vida.
Con cada especie que se extingue, una hebra de ese tejido desaparece y se desconoce hasta qué punto el tejido de la vida pueda seguir siendo un tejido sin hebras.
Un estudio determinante
Recientemente conocimos los resultados del informe ‘Planeta Vivo’ que WWF preparó para darnos a conocer el verdadero rumbo, al que nuestras acciones, conducen al planeta, sus seres vivos y los recursos que nos acompañan y los resultados son francamente vergonzosos, somos una especie vergonzosa
Las palabras de Roberto Troya, Director Regional de WWF para América Latina y el Caribe fueron demoledoras. “La naturaleza está siendo transformada y destruida a una velocidad sin precedentes en la historia, con un costo muy alto para el bienestar del planeta y de la humanidad. La pérdida de biodiversidad es un auténtico reto para la economía, el desarrollo y la seguridad global”.
Cifras como la pérdida media del 68% de poblaciones de mamíferos, peces, anfibios, reptiles y aves en el mundo entre 1970 y 2016, son escandalosas, pero esta cifra palidece cuando el análisis se reduce a las subregiones tropicales de América, es decir, América Latina, en donde la reducción es del 94%.
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Los números, que no son nada esperanzadores, nos conducen a repetirnos constantemente la pregunta, ¿sirven para algo los conservacionistas?, siendo válido el cuestionamiento, pues al parecer lo único que llama la atención y que hace noticia son las cifras de lo que hemos perdido, pero difícilmente encontramos una cifra de lo que se ha evitado perder.
¿Es mediante el Armagedón como cambiamos las cosas?
Nos concentramos en el discurso apocalíptico de cuánto hemos perdido y no en lo que debería ser prioridad, que es fundamentalmente cuánto nos queda y qué hacer para evitar perderlo.
Para saber si en realidad ¿sirven para algo los conservacionistas?, un reciente estudio realizado por la universidad de Newcastle y BirdLife International, que ha sido publicado en la Revista Científica Conservation Letters, mide los efectos de las labores ejercidas para evitar la extinción de las especies en el planeta y estima cuántas se han salvado gracias a esas buenas labores.
Los resultados son concluyentes pues el estudio muestra que se evitó la extinción de al menos 28 a 48 especies de aves y mamíferos entre 1993 y 2020 y de 11 a 25 especies de aves y mamíferos entre 2010 y 2020.
Se llegó a esta conclusión tras seguir una dinámica de análisis que consistió en identificar especies candidatas para el estudio que pudieran haberse extinguido sin una acción de conservación según los investigadores basándose en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN.
Cifras espeluznantes
Entre las especies en peligro crítico y en peligro de extinción, se tuvieron en cuenta aquellas con menos de 250 individuos maduros en cualquier momento desde 1993, dejando 368 especies de aves y 263 de mamíferos. Para reducir la lista, de esas especies, se usó la información de la Lista Roja para identificar aquellas con amenazas persistentes, dejando 48 especies de aves y 25 de mamíferos. Y finalmente se recopilo la información estandarizada para esas 73 especies sobre el tamaño y las tendencias de su población en 1993, 2010 y en el último año de evaluación, y sobre las amenazas y las acciones de conservación.
Este equipo investigativo recopiló información de 137 expertos sobre determinadas variables como el tamaño de la población, tipo de las amenazas que las aquejan y acciones de conservación implementadas para aquellas especies más amenazados. De esta manera se habría conseguido determinar la probabilidad de que cada especie se hubiera extinguido sin acciones de conservación.
Respecto a las características de las especies cuya extinción se demostró que se evitó gracias a las acciones de conservación, las aves evaluadas estaban ubicadas en 25 países del mundo, algunas de ellas fueron seis en Nueva Zelanda, cinco en Brasil, y tres en México. Respecto a los mamíferos, se estudiaron especies ubicadas en 23 países, cinco en China, tres en Vietnam y el mismo número en Estados Unidos.
Amenazas detectadas
Las principales amenazas que sufren las especies objeto del estudio de estos investigadores, son, en el caso de las aves, las especies invasoras, la pérdida de hábitat por ampliación de la frontera agropecuaria y la cacería. En el caso de los mamíferos son en su orden de importancia, la caza, la deforestación para dar paso a la agricultura y la ganadería y en tercer lugar se ven afectadas por las especies invasoras.
Pero a la respuesta de si ¿sirven para algo los conservacionistas?, la respuesta tiene que estar sustentada en conocer aquellas acciones de conservación orientadas a evitar la pérdida de esas especies objeto de los análisis. En el caso de las aves, los conservacionistas se centraron en el control de las especies invasoras en un 66% de las acciones, la conservación ex – situ en un 65% y la protección de las áreas en donde estas especies habitan en un 59%. Diferente a las intervenciones con los mamíferos que estuvieron orientadas en un 88% a los esfuerzos sobre la legislación de los países para la protección de estos animales, un 56% de los esfuerzos estuvo concentrado en la reintroducción y otro porcentaje idéntico se concentró en la conservación ex – situ.
Las conclusiones del estudio son claras pero al mismo tiempo dejan abierta la discusión que se plantea en el mismo artículo científico sobre los datos posteriores a su recopilación y sobre lo que los mismos autores reconocen al afirmar que los “análisis subestiman el impacto de la conservación de varias formas. En primer lugar, nuestro proceso para identificar las especies candidatas puede haber pasado por alto algunas especies cuya extinción se evitó, como las especies en peligro de extinción que están disminuyendo rápidamente”.
Conclusión
Esto sugiere de alguna manera que de haberse ampliado la escogencia de especies, los resultados de la conservación habrían sido incluso más claro de lo que el presente informe presenta. En conclusión se podría afirmar que científicamente está comprobado, que la acción de los conservacionistas no sólo es muy útil, es indispensable para impedir que como especie sigamos extinguiendo otras y que si los gobiernos prestan mayor atención a los resultados de estudios científicos, sólo así, serán capaces de evitar el apocalipsis biológico que tanto se predica.
Queda despejada la pregunta sobre si en realidad ¿sirven para algo los conservacionistas?
Periodista ambiental y de conservación colombiano, actualmente residente en Canadá.
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