[vc_row][vc_column][social_buttons style=””][vc_column_text text_larger=”no”]Las zamias parecen palmas o helechos pero no lo son, escondidas entre el bosque o expuestas entre las rocas de ecosistemas secos, sólo quienes las estudian y las usan conocen su valor y saben la importancia que estas plantas representan para un planeta en el que las especies se están extinguiendo a una velocidad sin retorno.
Cuando Cristina López Gallego, bióloga de la Universidad de Antioquia y doctora en biología de la conservación de la Universidad de Nueva Orleans (EE. UU.) habla de las zamias, es imposible no imaginar el maravilloso pasado de estas plantas tal y como las describe : “dinosaurios vegetales o fósiles vivientes” que han vivido en la tierra desde el periodo Pérmico hace unos 230 millones de años y tuvieron su máxima expansión en la era Mesozoíca hace 150 millones de años, conocida zoológicamente como la era de los dinosaurios o botánicamente como la era de las Cycadas ese grupo al que pertenecen las zamias.
López Gallego describe las Cycadas como ese linaje de plantas muy antiguas, con conos que producen semillas pero no tienen flores, (Gimnospermas) y se refiere a que justamente ese, es el sello que las condena, ser dinosaurios vegetales en el planeta.
Estos “fósiles vivientes” están representados a nivel global por 340 cycadas reconocidas que es el gran grupo al que pertenecen las 76 especies del género Zamia, todas distribuidas en las regiones tropicales y subtropicales de África, Australia y América incluyendo las Antillas.
Cuando los dinosaurios caminaban por los bosques del planeta o las zonas más secas en ese momento de la historia de la tierra, las Cycadas y zamias estaban ahí y desde entonces resistieron a la quinta extinción y ahora no sabemos si resistirán a la sexta. La pérdida de sus hábitats y el comercio ilegal las tiene en jaque después de 65 millones de años cuando vieron desaparecer los dinosaurios detrás de esa historia polvorienta que conocemos.
La filogenia o el origen evolutivo del género, sugiere que las especies más ancestrales se encuentran en islas del Caribe como Cuba, República Dominicana, Haití, Puerto Rico, Jamaica, entre otras, y en el sureste de Estados Unidos y México.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”7126″ img_size=”large” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]
Los fósiles vivientes de Colombia
Las zamias están regadas por Colombia el país con mayor diversidad en el mundo pero también con más plantas en peligro de extinción. Con una representación de 23 especies, algunas compartidas con Panamá, Ecuador y Venezuela, las plantas dinosaurio están distribuidas en toda la región tropical del país y presentes en costas, desiertos, acantilados, sabanas, bosques secos, bosques húmedos y hasta en manglares.
Cristina afirma que las exploraciones botánicas realizadas de 1970 hasta 1990, dieron pie a la descripción de la mayoría de las especies de zamias conocidas hoy, sin embargo en los últimos años se han encontrado cuatro especies más que están en proceso de ser descritas y que son potencialmente nuevas”.
El 62% de las Zamias de Colombia son endémicas es decir, están restringidas a nuestro país, son únicas y nadie más en el planeta las tiene. En total 13 de las 21 especies son exclusivas de Colombia.
Pero esa riqueza en zamias contrasta con un 50% de estas plantas incluidas en categorías En Peligro, Peligro Crítico y Vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN y un problema mayor, afirma López Gallego, “el desconocimiento de su importancia y su identificación no permite que sean reconocidas como tal, siendo sujetos de tráfico de especies, lo que las hace aún más vulnerables”.
Detrás de una palma llamativa y diferente, siempre puede haber una antigua zamia con un valor incalculable por su condición de fósil viviente. Ese desconocimiento y la posibilidad de masificar su extracción y convertirla en una planta ornamenta tiene a muchas zamias en riesgo de desaparecer.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”7128″ img_size=”large” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]
Un encuentro cercano con un fósil viviente
En medio de la selva en el Parque Nacional Natural Amacayacu un encuentro directo con una zamia supone una enorme sorpresa.
En ese lugar, las comunidades indígenas tienen una evidente conexión con las zamias a las que le atribuyen el poder de acercar, pero son claros, “no son para enamorar, simplemente para atraer amigos” aclara este curaca indígena que al verla se apresuró a mostrar la maravillosa planta con poderes especiales.
En la Amazonía Colombiana hay registradas cinco especies, una endémica de Colombia y cuatro compartidas con otros países.
Las otras zamias en Colombia están en la región del Pacífico donde se han registrado ocho especies: cinco endémicas, dos compartidas con Centroamérica y una especie compartida con Ecuador. En la región Andina, incluyendo los Valles interandinos y el piedemonte hacia el Caribe, se han descrito diez especies, todas endémicas de Colombia.
Cristina López-Gallego asegura que hay comunidades indígenas y negras que las usan como alimento y tradicionalmente son consumidas en platos especiales aunque tienen unas toxinas muy potentes, por eso su preparación es cuidadosa.
En Nariño hay comunidades negras que hacen envueltos y tortas, comunidades campesinas las usan como medicinas y el principal uso es ornamental, “de hecho hay gente que pagaría por ver zamias muy raras a nuestro país y perfectamente podría existir turismo en torno a las zamias colombianas”, concluye la investigadora de la Universidad de Antioquia y experta en Zamias.
Colombia es el paraíso de las plantas más antiguas del planeta aquellas que hasta el momento ya han superado una extinción y se resisten a desaparecer en un sexto colapso global.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”7131″ img_size=”large” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]
Plan para la conservación de las Zamias en Colombia
la zamia de las Rocas y 20 especies más, integran el Plan de Acción para la Conservación de las Zamias en el país que se ha venido gestando desde hace varios años con la Universidad de Antioquia y el Instituto Humboldt con el apoyo del Ministerio de Ambiente.
Uno de los grandes problemas para conservar las zamias es su desconocimiento reitera Cristina López, “no podemos conservar lo que no conocemos, si no sabemos en dónde están y no conocemos su importancia no las vamos a poder protegerlas, incluso alguien con buenas intenciones en una comunidad local puede extraerlas ignorando lo que están usando, confundiéndola con un helecho u otra especie, sin saber lo que es realmente” aclara la experta. “Por eso no conocerlas impide que podamos hacer una conservación más efectiva”.
El tráfico también es una de las principales causas de la desaparición o pérdida de las zamias y la deforestación que afecta nuestros bosques hábitat de este género, son amenazas latentes para ellas.
“Se están acabando y no nos estamos dando cuenta, podrían estar en esos bosques a los que los investigadores no habíamos tenido acceso en 50 años como resultado de la guerra y estar perdiendo material biológico de la prehistoria” afirma Cristina López Gallego.
Por eso la realización de un Plan de Acción para la Conservación de las Zamias, desarrollado con el apoyo de los institutos de investigación del país, los jardines botánicos y la academia, se convertirá en una base para articular esfuerzos de gestión hasta el año 2025 en el que principalmente se genere conocimiento y acciones concretas para la conservación de las zamias en Colombia, especies carismáticas y sombrilla para la conservación.
Uno de los grandes avances para la conservación de las zamias fue el desarrollo del Atlas de la biodiversidad de Colombia en el que se incluyó un reporte sobre el estado de conocimiento de las zamias colombianas que puede consultar aquí.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_raw_html css=”.vc_custom_1606183223632{margin-left: 150px !important;}”]aHR0cHMlM0ElMkYlMkZ5b3V0dS5iZSUyRnUyRHZ0Z1RQcjln[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]
Periodista ambiental y de conservación
Es increíble que aún existan plantas “dinosaurios” de más de 150 millones de años de antigüedad, creo que se encuentran muchas de estas especies ocultas en nuestro planeta sin descubrir, incluso algún animal escondido en algún lugar no reconocido aún..
Da la sensación de estar leyendo ficción. Tal vez un escape a la locura de la misma realidad. Un descubrir como la naturaleza, aún y siempre…enseña y guía. Un fantástico descubrir.